El 30 de mayo de cada año se celebra el día de la Esclerosis múltiple (EM), enfermedad neurológica, crónica y compleja, causada por un proceso autoinmune del sistema nervioso central que a menudo causa discapacidad y que actualmente afecta a más de dos millones de personas en el mundo.
La EM afecta al sistema nervioso por medio de inflamación y daño a la vaina de mielina, que es la sustancia grasosa que recubre y protege las fibras nerviosas. Sin una vaina de mielina intacta, los impulsos nerviosos se desvían y no pueden llegar a sus objetivos.
Síntomas de la Esclerosis Múltiple
Con frecuencia comienzan entre los 20 a 40 años, justo al comienzo de la carrera profesional y de formar una familia. Los estudios muestran que las mujeres son diagnosticadas con 2:1 de frecuencia con respecto a los hombres.
A la esclerosis múltiple también se le conoce como la “enfermedad de las mil caras” debido a sus síntomas variables. Los pacientes de EM pueden experimentar:
- Fatiga crónica extrema
- Problemas de visión, incluyendo visión borrosa o doble
- Temblores, rigidez y problemas de equilibrio
- Dolor muscular y articular
- Hormigueo en las extremidades
- Estreñimiento y problemas urinarios
- Dificultad para caminar, hablar y tragar
- Cambios en el estado de ánimo y deterioro cognitivo
No hay cura conocida, pero existen tratamientos que pueden ayudar a aliviar algunos síntomas, frenar el progreso de la enfermedad y mejorar la calidad de vida.
Formas principales de Esclerosis Múltiple
Esclerosis múltiple recurrente remitente: Es la más común, (85-90% de los casos). Los pacientes experimentan brotes (agudizaciones) seguidos de períodos de remisiones.
La esclerosis múltiple secundariamente progresiva (10-15% de los casos) se caracteriza por un deterioro progresivo desde el diagnóstico.
Diagnóstico
Los médicos utilizan resonancias magnéticas, pruebas de líquido cefalorraquídeo y evaluación de los síntomas para diagnosticar la esclerosis múltiple. Puede ser difícil establecer un diagnóstico debido a la amplia gama de síntomas que aparecen de forma impredecible.
Esclerosis múltiple y calidad de vida
La esclerosis múltiple afecta severamente la calidad de vida de los pacientes y de sus seres queridos. A medida que la enfermedad avanza, las complicaciones y la discapacidad suelen deteriorar la salud física y mental.
La fatiga crónica y la disforia son desafíos comunes, así como los costos médicos y la necesidad de apoyo continuo.
Aun así, muchos pacientes y familias adoptan un enfoque positivo y proactivo. Encontrar un médico comprensivo y un equipo de tratamiento que se enfoque en el bienestar general es fundamental. Las asociaciones de pacientes y grupos de apoyo ofrecen camaradería e intercambio de recursos valiosos.
¿Cuáles son los tratamientos disponibles para la esclerosis múltiple?
Actualmente, existen varios tratamientos disponibles para la esclerosis múltiple:
- Medicamentos modificadores de la enfermedad que buscan disminuir la progresión de la enfermedad y reducir la frecuencia de los brotes.
- Medicamentos para brotes agudos, se usan para tratar los síntomas durante un brote de esclerosis múltiple. Los corticosteroides ayudan a reducir la inflamación.
- Medicamentos para la fatiga, que ayudan a aumentar la energía y la función cognitiva.
- Medicamentos para el manejo de síntomas específicos, como antiespásticos para el temblor y la espasticidad; antiepilépticos para los problemas de visión y neuralgia; y medicamentos para la vejiga y los intestinos.
Terapias alternativas
Las terapias alternativas que algunos pacientes encuentran útiles para la esclerosis múltiple incluyen:
- Acupuntura: Varios estudios han encontrado que la acupuntura puede ayudar a aliviar la fatiga, el dolor y las convulsiones en pacientes con esclerosis múltiple. Se cree que funciona al liberar endorfinas y reducir la inflamación.
- Masaje: Sobre todo masaje terapéutico profundo, puede ayudar a disminuir la tensión muscular, el dolor, la depresión y la ansiedad en pacientes con esclerosis múltiple. Varios estudios respaldan sus beneficios.
- Fisioterapia: Puede mejorar el equilibrio, la fuerza, la movilidad y la función general, especialmente cuando se aplica tempranamente y de forma regular. La terapia del habla también puede ayudar con síntomas como la disfagia.
- Dietas: Algunas personas encuentran que dietas bajas en grasas o dietas antiinflamatorias como la dieta mediterránea pueden aliviar algunos síntomas de la enfermedad. Aunque la evidencia es limitada, muchos pacientes las consideran útiles.
- Suplementos: Como la vitamina D y el aceite de pescado, pueden ayudar con la fatiga y la depresión a largo plazo. Sin embargo, se necesitan más estudios controlados sobre la eficacia de la mayoría de los suplementos.
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